23 de junio de 2013

Breve relato

Te voy a describir en metáforas para que nadie sepa que estoy hablando de ti, conservo algunas visiones furtivas de tu ser. Fuente de vida, prohibida. Me pregunto si Dios me condenaría al infierno sabiendo que lo hago por amor. Mejor te describo en analogías. No. En analogía, en una sola palabra: utopía.


Recuerdo que te recordaba, recuerdo que jugaba con las palabras, recuerdo muchas ambigüedades, sin contar las inconsistencias. Todos son textos inconclusos, sin título, sin musa, abandonados a su suerte, a su muerte. Historias al azar, sin vínculos entre sí. Veo que aún conservas esa sonrisa, esos labios y tus ojos: siempre mirando más allá.


Aún recuerdo cuando dijiste ¿es un ultimátum? cuando dije de qué color son tus ojos y que color viven dentro de ellos, veme, de la pena muero. Un mero sueño que se atravesó en tu camino obsérvalo bien, puede que nunca vuelvas a tocarlo o sentirlo.

El mundo desapareció, me dejé llevar por una rutina, de lunes a viernes y en horario fijo. Me vestí con camisa, corbata y saco. Algunas mañanas me levanto con ganas de vestirme con un pantalón roto y una playera típica. Abrí una cuenta en el banco y ha ido creciendo junto a mi vanidad. Ahora estoy aquí, con algunas visiones del futuro, ahorrando para financiar algunos proyectos. Lejos en espacio-tiempo de ti, siguiendo un camino entre luz.


...comienzo a aburrirme, me gusta pasar desapercibido y últimamente es lo menos que he hecho. Uso un disfraz de ejecutivo, veo con desdén; hablo de tecnología, de informática y de negocios. Sigo siendo yo, el desinteresado, el medio loco soñador.

Comienzo a aburrirme... y apenas empiezo, reuniones y responsabilidades. Veré hasta donde llego, si puedo continuar sin explotar. Creo que en el fondo me gusta ser quien soy, estar en donde estoy y hacer lo que hago. Ver como crece todo de manera natural.