28 de noviembre de 2009

Apenas despierto, duele estar vivo, tantos nombres, uno detrás de otro con una historia en común, siempre la misma, historia con fin de muerte. Incertidumbre al ignorar qué será del camino. Noche que viene y crece, escapabas ignorando que el mundo existe, y yo aquí, pretendiendo ser luz que apenas se ve, umbral que es aleja de tus pasos; te detienes, te alejas, regresas. Sigue mi luz tu camino, y duermo, para que vivir no duela tanto, aunque el mundo sigue gritando alrededor.

Y que solo se levante mi alma, para que nadie me pueda ver; pero no... mi cuerpo me acompaña, y en él siento el dolor y en el alma la pena, camino, te busco, te sueño, sigue la noche su curso dejandose llevar por el tiempo.

Colándose el frío, se esconde tras la puerta, y el miedo esta cerca tratando de hacer lo mismo. No volteo a ver porque se lo que esta pasando, y se cae tu sueño, y te sientes ingenuo, nada más, porque no vi y no se nada. La apariencia me tacha de idiota, siguiéndole el juego, continuar y ver a quien le toca perder, que mi vida me dicta no poner corazón, o al menos lo mínimo, no caer, no sufrir. Camino solo, con mi cuerpo y mi alma sin olvidar la historia que comparten los días.