26 de marzo de 2012

Cuatro textos

Esa linealidad del tiempo que todos odian porque sienten que se vuelven viejos, esos comentarios que te causaban gracia hace ya algunos años, esas arrugas que ves surgir en el rostro de la gente que conoces, esas botellas abandonadas porque ya te aburriste de la resaca, esos recuerdos que ahora ves como inofensivas alucinaciones. Tanto como sentarse y ver el atardecer, con una taza de café. En ocasiones me duele el corazón (en sentido literal) siempre se me pasa, no me preocupa, se que algún día voy a morir. Me atrevería a decir que todos desean una muerte instantánea, sin agonía; caer fulminados, o dormir y nunca despertar; en estos tiempos ya nadie desea ser crucificado o quemado en una hoguera. El tiempo es una invención del hombre para marcar el paso, una unidad de medida; años y años para que luego cuenten la historia en un minuto, eso se llama ironía.

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Que fácil es no creer en los demás, y más fácil aún cuando esos “demás” sueñan con cosas grandes, gente que solo sabe decir “pero...” N cantidad de veces y con eso construyen una barrera que después hay que saltar. Hay que seguir caminando, mientras uno esté seguro y tenga la certeza de que las cosas se van a dar, hay que seguir caminando, a algún lugar se ha de llegar.

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Vacío, abandono, sensación de no querer estar; tantas cosas juntas y un apenas yo para cubrirlas, y una sola frase “Dios proveerá”. Es una sensación de tristeza sin razón derivada de la impotencia, de la decepción. No hay rabia, no hay miedo, no es amor, no es indiferencia. Es como un sentido de impertenencia. No es la primera vez, a veces pasa y como cualquier cosa, ya pasará.

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Vivimos en una sociedad dispar, cada quien come lo que puede, cada cual piensa que sus necesidades son más grandes que las del resto. Nuestro hábitat se enmarca en la rutina, somos el reflejo de lo que pensamos. Algunos ni siquiera están consientes de su existencia, caminan por ahí, se reproducen, adoran dioses, se frustran con cada fracaso y hacen fiestas cuando tienen éxito. De que sirve indignarse o pedir justicia si vamos a permanecer sentados.