Sumergido en un mundo que la sensatez desaprueba, tratando de seguir el camino que no existe, pero todos dicen que esta allí; tanto como pretender creer en Dios sin tener fe. Nuestros ojos nunca mienten, y en ellos habita el alma, cada día trae consigo muchas bendiciones, está en cada uno extender las manos y agradecer para ser escuchados, sin remordimiento del ayer, abriendo el corazón al cielo.
Porque la felicidad existe en la sonrisa de cada niño, la felicidad es tener esperanza e ilusión, la felicidad se manifiesta cuando las miradas coinciden y son sinceras, la felicidad se manifiesta en cada flor, en cada fruto, esta en cada uno de nosotros; es entender el misterio de la vida, es tener la fe de que cada cual es diferente, es dejar atrás los miedos y caminar con la certeza de que Dios nos escucha, nunca nos abandona.